Asociación de bebés prematuros de Granada
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Asociación de bebés prematuros de Granada

ROCÍO


Escribir sobre esta experiencia creo que va a ayudar a los padres y madres que están pasando por este mal sueño.
Todo comenzó cuando con 25 semanas de gestación me dicen que he dado a luz a una gran prematura, Rocío.
No sabía si sentir alegría o tristeza, las personas de mi alrededor me felicitaban pero mi sentimiento no era ni por asomo el que había imaginado que sería cuando naciera mi hija. Sentí que me faltaba dentro y, no sólo eso, sino que no estaba cerca ni podía cogerla para calmarla cuando llorase, ni siquiera podía darle mi leche desde mi pecho ya que aun no succionaba, no podía sentirme madre.
Escuchaba el llanto de otros bebes que estaban en las habitaciones colindantes y yo me sentía sola aunque ni mi marido ni mi familia me dejó en ningún momento.

El primer día que vi a Rocío no sabía si debía quererla, estaba tan grave que no sabíamos si iba a salir adelante, quizá prefería no tenerle cariño para que luego el dolor fuese menor.
Este sentimiento me duró la primera semana porque uno de los días me fui caminando hacia ningún lugar y volví deseando verla puse mi dedo índice junto a su pequeña mano y le dije: “Hija si tu quieres luchar yo luchare contigo y quiero que sepas que mamá está junto a ti”, Rocío me apretó mi dedo como si me hubiese entendido, comprendí que lo poco que pudiese darle , mi leche, hacer el método canguro y darle todo el cariño sería la clave para que el tiempo que estuviésemos juntas nos llenáramos de energía positiva y le diera a mi hija fuerzas para vivir.

A partir de ese día, y asombrosamente para todos, Rocío fue saliendo de todos los problemas que se le plantearon, que no fueron pocos. Pasó alrededor de 4 meses en la UCI rodeada de cables, jeringas y medicamentos, pero nunca le faltó el valor humano y ni el cariño que tanto los profesionales como la familia le regalaron.

Rocío me ha enseñado muchas cosas, sabemos que cuando nace un hijo te cambia la vida pero a mí me cambió tanto la vida como la forma de pensar, aprendí a ser mas paciente, a no darle demasiada importancia a problemas absurdos, a expresar mis sentimientos en todo momento y  sobre todo a valorar mejor la vida.
Hoy puedo decir que he llegado a la felicidad plena y no necesito nada mas, sólo puedo dar gracias  a todos los que me apoyaron en estos duros momentos y a mi hija porque fue y es una gran luchadora.

TE QUIERO ROCÍO.

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